Érase un alma alegre
por un cuerpo encerrada.
Las nubes abrieron el cuerpo,
el agua acercó al viento;
érase un alma presentada,
que aceptó quedarse con ellos.
Érase nuestro único deseo,
un álbum por llenar de recuerdos.
Érase un eco en la oscuridad,
aquella dulce voz que acuna,
capaz de despertar a la luna
susurrando...amanece...
Érase una vez,
un cuento sin final.